Entre Vidrios y Cristales
Vidrio tallado, Cristal, Cristal de Murano.
Todos son fantásticos, pero ¿dónde están las diferencias?
El vidrio se fabrica principalmente con arena de sílice, carbonato sódico y piedra caliza, que se calientan a altas temperaturas, se funden y se enfrían rápidamente para formar el vidrio.
El vidrio tallado originalmente presentaba diseños intrincados incrustados “a mano” en la superficie, mediante artistas que movían una pieza de vidrio contra cuchillas redondas formando patrones detallados, actualmente se logra con técnicas más modernas y comunes, y más fáciles de producir en masa que implican moldear el vidrio.
El cristal es, en realidad, una roca natural y el “cristal” de la cristalería al que nos referimos, no tiene esa procedencia. El cristal que suele utilizarse para las copas o vasos es, correctamente denominado, “vidrio plomo” o “vidrio óptico”, es en realidad un subconjunto del vidrio, una forma mejorada del vidrio.
Anteriormente era el óxido de plomo el único componente que lograba la diferencia entre el cristal y el vidrio, las copas de cristal incluían este elemento químico como parte de su elaboración creando así piezas sumamente finas y delgadas, aunque un poco más pesadas, pero de una increíble transparencia y brillo, y ademas con la capacidad física de refracción y dispersión que a efectos prácticos, nos permite utilizar la copa como un auténtico prisma, idóneas para entregarnos al arte de la cata y el disfrute de vinos.
El cristal produce un sonido similar al de una campana al golpearlo, mientras que el vidrio tallado no.
Actualmente las copas de cristal no suelen llevar plomo. En la mayoría de los casos, se utilizan óxidos de titanio, óxido de zinc o bario en lugar del óxido de plomo para lograr las propiedades deseadas. El uso de plomo en la fabricación de productos en contacto con alimentos está prohibido.
Por lo tanto, la gran mayoría de las copas de cristal que se venden actualmente son de «cristalino» o «cristal sintético», que son alternativas sin plomo que imitan las propiedades ópticas del cristal tradicional. Este material confiere a las copas una mayor transparencia, brillo y sonoridad, así como una mayor resistencia que el cristal sintético.
Así como en mí artículo “La Evolución de la Excelencia” destaqué lo importante de la re-invención en los productos de todas esas emblemáticas casas pioneras, cabe destacar como ejemplo, el de los fabricantes alemanes Schott Zwiesel quienes producen un “cristal” de calidad altísima gracias a un compuesto patentado que llaman “tritan” y que les permite hacer unas copas de corte súper fino y con gran transparencia.
A esto hoy en día, se le puede (y se le debe) llamar cristal aunque no lleve plomo.
Técnicas como el vidrio soplado y la ebanistería, veneradas durante siglos, permiten la creación de diseños intrincados, colores vibrantes, texturas y tonos únicos como es el caso de los Cristales de Murano, la isla de la laguna Véneta, famosa por su fabricación de vidrio donde cada objeto se produce completamente a mano y la firma del maestro en cada pieza garantiza su autenticidad. El tiempo para aprender el proceso por un maestro del vidrio toma alrededor de 20 años, haciendo que esta artesanía sea muy costosa en la producción.
“El libro “La maestra del vidrio» de Tracey Chevalier es una novela histórica ambientada en Murano sobre una familia de sopladores de vidrio. Me encanta este libro; si quieres aprender más sobre Murano y la historia del vidrio; ¡Esta es una historia extraordinaria!”
Info. obtenida de wikipedia, AI y carlosserres.com.